MENSAJE AL VECINO

En algún momento entre el Viernes y el Domingo de cada semana se actualiza el blog (inclusive hasta dos veces).

Si pincha las fotos o dibujos los podrá ver más grandes.

Si tiene datos que enriquezcan las antiguas anécdotas del Barrio aqui contadas, no dude en agregarlos en los comentarios.

Estamos investigando la forma de subir el aroma de los tilos de la avenida Boedo entre San Ignacio y Humberto Primo en una tardecita de comiezos del Verano a este humilde blog,
esté atento, gracias.

La gerencia.

viernes, 3 de julio de 2009

CHILOTO EL ENANO CHOTO


Originalmente lo veía tirado en el suelo por la vereda del Normal n. 2 en la Avenida Rivadavia o caminando como podía por los pasillos de la Galería Paris. Como era muy pequeño no se lo veía entre el gentío, pero de repente se escuchaba un ladrido fuerte, grave, peligroso; una señora que gritaba, un chico que lloraba, tumulto, gritos, discusiones y el enano salía despedido por una patada en el culo.
Chiloto el enano Choto,
era un jodido.
Molestaba a todos, siempre de una forma diferente: les chumbaba, pisaba a la gente con el zapatón del pie derecho, el de la pierna más corta; en Carnavales les tiraba agua (con pis?); alguna vez se lo vió cruzando un ciego por la Avenida Acoyte y abandonarlo en el medio del tránsito, era impresentable, muy malo, un resentido.
No era para menos: enano, jorobado, labio leporino, una pierna más corta, un ojo desorbitado y el otro caído y tenía sólo tres dedos en cada mano. Para escribano no estaba.
A medida que se fue haciendo más grande encontró el tema de los malabares con pelotitas de tenis (las robaba de las canchas de abajo de la Autopista), alguna moneda le tiraban, pero en agradecimiento siempre los insultaba. Paraba por diferentes lugares del barrio, inclusive alguna vez lo vi en Cabildo y Juramento!
Era tan jodido que cuando andaba por el Barrio usaba una camiseta de Boca, se la había regalado Ratín en una visita al internado en el que él había vivido de chico.
Como si tuviera poco, bostero.
Sobrevivió a las barras de Peréz o la Butelier, nunca lo tocaron. No era boludo.
Una camiseta de Huracán nunca usó.

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